¿Qué es la inmunonutrición? Es la materia que estudia las interacciones entre la nutrición y la inmunidad. En palabras más sencillas es aumentar nuestras defensas a través de la alimentación
El sistema inmunitario protege a nuestro organismo del ataque de agentes patógenos. Es nuestro “órgano de defensa”. Hoy en día está comprobado que muchísimas enfermedades están relacionadas con los alimentos que ingerimos y podrían evitarse con una dieta adecuada.
La flora intestinal humana está formada por más de 400 especies de microorganismos que conviven en armonía, sintetizando vitaminas, contribuyendo a la absorción de nutrientes, favoreciendo el metabolismo de la fibra, mejorando la digestibilidad y contribuyendo a neutralizar sustancias potencialmente patógenas.
Cuando, por distintas causas, se altera la estructura intestinal puede aparecer malabsorción y cambios en la flora microbiana que habita normalmente el intestino, y eso puede llevar a una alteración del sistema inmunitario.
Cuando hay excesos o deficiencias alimentarias crónicos o hay desequilibrios entre nutrientes puede producirse una alteración importante en nuestros sistemas de defensa.
Factores como el estilo de vida, el estrés, el tabaquismo, el alcohol o el mantenimiento de un peso apropiado son claves para que los nutrientes y alimentos ingeridos funcionen más o menos apropiadamente para fomentar un buen sistema inmunitario.
Se sabe que algunas sustancias con función nutritiva o más popularmente llamados nutrientes, tienen acción sobre el funcionamiento del sistema inmunológico. Entre estos nutrientes encontramos algunas vitaminas, minerales, antioxidantes, grasas y algunos aminoácidos
- Arginina y glutamina: ambos son aminoácidos que mejoran la respuesta de linfocitos T, que son glóbulos blancos imprescindibles en nuestras defensas. La glutamina mejora la función de la mucosa intestinal y disminuye la tasa de infecciones. Ambos los podemos encontrar en alimentos que contienen proteínas, por ejemplo: carnes, huevos, leche, queso, yogur y cereales o legumbres.
- Ácidos grasos omega 3: disminuyen el proceso inflamatorio, mejoran la función de neutrófilos e incrementan la síntesis de inmunoglobulinas. Los ácidos grasos omega 3 los encontramos en semillas de lino, semillas de chía, aceites vegetales y sobre todo, en pescados azules como salmón, atún, sardinas y otros.
- Ácidos grasos omega 6: tienen acción semejante a los omega 3 y trabajan en conjunto evitando una respuesta inflamatorio excesiva o muy leve. Lo encontramos en granos enteros, semillas y sobre todo, en aceites vegetales.
- Zinc: es un elemento que podemos obtener fácilmente con los alimentos y que permite acelerar la recuperación ante la presencia de enfermedades, ya que facilita la cicatrización de heridas y disminuye los síntomas de patologías como el resfrio. El zinc se encuentra en el maní , mariscos, legumbres y sobre todo, en carnes de todo tipo.
- Vitamina C: por su función antioxidan favorece la prevención de enfermedades así como también, acelera la recuperación. La vitamina C se encuentra en frutas cítricas, tomates, ajíes, papas, brócoli, repollo, berro,
- Vitamina E: también por su función antioxidante ayuda a reforzar las defensas del organismo, sobre todo, previene enfermedades al cuidar la estructura de las células del organismo. Se encuentra en aceites vegetales sobre todo y semillas.
- Selenio: es otro mineral con función antioxidante que al cuidar nuestras células ayudan a prevenir enfermedades, raramente hay un déficit de este elemento en nuestra dieta. El selenio se encuentra en pescados, hígado, nueces y cereales integrales
Por lo tanto, se aconseja incluir semillas, cambiar los cereales refinados por integrales, consumir frutas y verduras frescas, incluir frutas secas así como legumbres, priorizar la ingesta de pescado y no permitir que falten aceites vegetales ni alimentos con proteínas, es esencial si queremos aplicar las reglas de la inmunonutrición en nuestra cocina de todos los días